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ACERCA   DE  LA  IRA,  EL  ENOJO,  LA  RABIA

 

Primero ella estaba molesta. Luego comenzó a enojarse con rabia e indignación. Después su sangre comenzó a hervir. Salía vapor de sus orejas. Estaba parada en la fila con sus hijos en la fila de la caja en el supermercado. La fila parecía no moverse. Su cara se puso de color rojo intenso. De repente explotó como un volcán con lava hirviente. Con toda la capacidad de sus pulmones gritó: “Esta es una compañía de un billón de dólares y no pueden contratar más cajeros?”
Prácticamente todos en el almacén voltearon sus cabezas. Querían ver quién estaba teniendo tal berrinche. Sus hijos estaban tan avergonzados que fingían no conocerla. Pero ella no veía su comportamiento como un problema. Absolutamente no! Ella “sabía” que la falla era de esas otras personas, de esos personajes en el supermercado que eran demasiado tacaños para contratar suficientes cajeros.

Ella nunca consideró que su arranque de ira fuera un pecado (uno que fácilmente se convertiría en mortal). Y es que este pecado es tan serio y tan común, que puede poner a un alma en peligro. [1]

Resulta que hay otro problema con la ira. También puede devastar las defensas de su organismo, resultando potencialmente en un cáncer o en otras enfermedades. Además, puede causar daño emocional y psicológico. Por ejemplo, tener un berrinche es como tomar veneno mientras espera que sea la otra persona quien se muera. Aún peor, la ira maliciosa puede actualmente revertirse sobre nosotros mismos. Esto es porque, cuando oramos, cada vez que decimos el Padre Nuestro, pedimos a Dios que nos perdone así como nosotros perdonamos a otros. O sea que si somos incapaces de perdonar a otros, entonces estamos realmente pidiendo a Dios que no nos perdone a nosotros tampoco. No cometa una equivocación: la ira es peligrosa.









Pero el común y mortal pecado de la ira no tiene por qué terminar causando miseria, discordia familiar, enfermedad física o una eternidad en el infierno para usted o sus seres queridos. Déjeme contarle sobre una persona asombrosa que reveló el secreto de cómo controlar el pecado mortal de la ira. Debo confirmarle, tristemente, que el relato inicial de la señora en el supermercado es real. Este arranque chocante realmente ocurrió. Y arranques similares le sucedieron tan a menudo, que los hijos de la señora llegaron a no querer salir con ella en público. Sabían que ella encontraría algo por lo cual hacer una escena.

La señora de esta historia es la destacada autora católica Ronda Chervin, quien ha escrito un asombroso libro acerca de cómo controlar la ira cuando se convierte en pecado mortal. Ronda ha sido entrevistada sobre este peligroso y devastador problema. Ella se convirtió en una experta en ira. Aunque se convirtió del ateísmo al Catolicismo a la edad de 21 años, dice que pasó los primeros 57 años de su vida como una persona colérica. Cuando se acercó a la Confesión, la ira fue, de lejos, el primero en la lista de pecados que confesó.

Increíblemente, desplegaba sus andanadas cinco veces al día! Créalo o no, Ronda dice que tuvo cerca de cinco arranques de ira cada día! Literalmente explotaba ante cualquier inconveniente. Eso estaba garantizado. Por ejemplo, cuando Ronda estuvo en un aeropuerto y su vuelo fue cancelado, caminó por  la sala de espera, resoplando con rabia. Les decía a los otros pasajeros: “Ellos solamente están tratando de ahorrar dinero empacándonos a todos nosotros en otro vuelo. Debemos ponerles un pleito!”

Es difícil para mí creer que Ronda era una persona tan colérica, porque la conozco como una persona amistosa, de suaves modales, ferviente católica. Pero Ronda insiste en que solía ser una “bruja rabiosa”. Admite que siempre estaba gritando a sus hijos y rutinariamente hacía escenas en público.

A usted le irrita la gente difícil, como por ejemplo las personas que “manejan como idiotas” y le parece normal irritarse o explotar debido a esto? Tal vez puede pensar que no tiene un problema de ira porque no explota cinco veces al día como hizo Ronda. Pero todos nosotros tenemos ira de vez en cuando; quizás más a menudo de lo que imaginamos y tal vez aún en un día normal. Pero a menos que la ira sea manejada apropiadamente, se convierte en un peso, un lastre para nuestra vida espiritual. Y esto es serio, la ira maliciosa puede poner nuestras almas en peligro.









Una cosa que volvía a Ronda iracunda eran los conductores imprudentes. Incluso hoy no los aprecia, pero ya encontró una mejor manera de manejar las situaciones frustrantes cuando conduce. Durante décadas de ira en la vida de Ronda, ella consideró a todo aquel que manejara a mayor velocidad que ella, como un maníaco, y a aquel que manejara más despacio que ella, como un idiota. Así, se consideraba a sí misma, prácticamente, como la única conductora sensata del camino. Además, creía que no había una buena razón para que todos esos malos conductores le dañaran el día. Sentía que tenía el derecho de estar furiosa con ellos.

El acto ordinario de manejar un carro puede revelar nuestro carácter verdadero y nuestras debilidades.

Cuando, por ejemplo, otro conductor deliberadamente le cierra el paso, usted puede estar tentado de decirle a ese rudo conductor un buen repertorio usando un lenguaje más que colorido, a través de su ventana. La rabia al conducir, a menudo lleva a una seria pérdida de caridad [2]. Si usted humildemente dice una oración por cada conductor ofensivo que se encuentre, entonces está en un nivel avanzado de espiritualidad y probablemente no necesita leer el resto de este texto.  
                                         
Pero aun si ese es el caso, usted puede desear continuar leyendo porque sus seres queridos y amistades podrían encontrar útil esta información. Puede que usted no tenga un problema de ira tan serio como el de Ronda, pero si usted es como yo, algunas veces tiene que lidiar con la ira y la frustración. La historia de Ronda lo motivará. A la edad de 57 años, Ronda resolvió trabajar en su problema de ira. Dice que le tomó cerca de un año llegar a tener solo un arranque de ira al día. Y doce años después estaba teniendo un arranque cada dos semanas.
Ese es un incremento asombroso. Imagine: Ella pasó de 150 berrinches por mes, a solo dos! En la vida espiritual, eso se llama la perfección de la virtud. Nosotros perfeccionamos nuestra virtud cooperando con la Gracia de Dios. Ronda manejó su problema de ira a través de su auto-conocimiento, de una disciplina espiritual y de la Gracia de Dios. Para controlar la ira, Ronda siguió estos cinco pasos: El primero,  admitir que uno es una persona irascible o agresiva. Ronda lo admitió y todavía dice que es irascible, aun cuando su ira está usualmente bajo control. Esto es porque una persona irascible, así como ocurre con un alcohólico, nunca llega a curarse totalmente. Siempre existe el peligro de una recaída. El segundo paso consiste en identificar qué clase de ira tiene uno: instantánea, prolongada, oculta, sarcástica, “caliente”, “fría”. Sí, resulta que existe una ira “fría”.











Y no importa si su ira es “fría” o “caliente”, porque la ira “fría” es justamente tan ofensiva y destructiva como la ira “caliente”. Algunas personas no explotan con furia como el volcán del monte Santa Helena; solo la guardan silenciosamente en el interior y exteriorizan su rabia de una manera pasiva/agresiva. Las personas que poseen ira “fría” aplican el tratamiento o la “táctica” del silencio y otras complementarias. La ira fría va con un tipo de personalidad pasiva / agresiva. En el caso de Ronda, más que “caliente”, tenía una ira hirviendo al rojo vivo. Como un volcán activo expulsando lava hirviente, ella resoplaba cotidianamente.

El tercer paso tiene que ver con manejar las perspectivas físicas, psicológicas y espirituales relacionadas con las causas de la clase de ira mala que uno posee. O sea, coger el toro por los cuernos y conocer su origen y sus implicaciones. Ronda explica detalladamente esto en sus libros y en una entrevista que le hice en mi programa de televisión. El cuarto paso se resume así: “Tratar con mi ira día a día”, es decir, aplicar las estrategias para manejar las situaciones concretas que desencadenan la ira, y el quinto paso consiste en dejar que Jesús haga que “el león descanse o permanezca junto con el cordero”. Para acometer esta dura pero necesaria tarea, Ronda compara la ira con un león rugiente que debe ser domado de una manera segura y “a prueba de tontos”.












Uno de los aspectos más importantes al desarrollar estos pasos es la vivencia del perdón. Puede ser realmente muy, muy difícil, perdonar a otros, especialmente cuando alguien lo ha herido a usted muy profundamente, o le ha causado a usted o a algún ser querido un daño serio.
Pero Jesús nos dio el ejemplo de lo que es el perdón verdadero. Él perdonó a aquellos quienes lo escupieron, le pusieron una corona de espinas en su cráneo y enterraron clavos en sus manos y sus pies. Perdonó a esos que lo calumniaron, le hicieron burla, lo traicionaron, lo persiguieron, lo atormentaron y lo torturaron. Esa es la perfección del perdón y la virtud que se supone debemos adquirir. Es fácil? No.    Es posible?   Sí.     En Cristo, a través de Quien todas las cosas son posibles.
Por otra parte, el buen humor también es una herramienta útil para tratar con situaciones frustrantes. Ronda ha explicado que el humor puede utilizarse para, literalmente, extinguir o apagar la ira. Usted puede reír de manera sana en lugar de hervir a causa de una situación frustrante.














 



Es usted de los que siempre terminan airados con su cónyuge porque olvida el aniversario de su matrimonio? Ronda dice: “No sea mártir!  No se exalte con su cónyuge. Ayúdelo! Puede encontrar las palabras exactas que funcionarán como una fórmula mágica!”

Siempre se enoja con los adolescentes porque tienen desordenada la habitación?

Se desespera siempre con esos conductores agresivos que le cierran el paso mientras lo ensordecen con el pito? Siempre hay una forma creativa y constructiva de reaccionar.

Aquí hay un secreto de espiritualidad que espero recuerde: Como Ronda lo indica, usted no puede progresar en la vida espiritual mientras usted crea que tiene el derecho de estar furioso con gente odiosa y detestable. Su ira hacia esos “estúpidos”, lejos de ser un ingrediente constructivo en ese problema, solamente lo hará miserable e impedirá su crecimiento espiritual, aunque usted no se dé cuenta de ello.

La ira vista en un contexto integral, es una emoción humana normal. Aún más, sorprendentemente, la ira puede ser, incluso, una buena cosa. Por ejemplo, Jesucristo mostró ira cuando vio el sacrilegio de los cambistas profanando el Templo. Hizo una escena volcando las mesas. Además, Jesús se puso furioso por la descarada hipocresía de los escribas y fariseos. Y también dijo que aquellos que dañan a los niños deben colgarse piedras de molino en sus cuellos y arrojarse al mar. Él no estaba bromeando.








La ira de Jesucristo no era desproporcionadamente severa o fuera de control. Más que eso, estaba justificada y bien fundamentada. Se puso furioso sobre las cosas correctas, en el momento correcto y en la forma correcta.

Como anota nuestro capellán, el padre Edmund Sylvia, C.S.C.: “La misma sociedad que ha producido conductores agresivos y al mismo tiempo seminarios y cursos para el manejo de la ira, parece incapaz de enojarse por las cosas correctas. Debemos estar furiosos por la devastación espiritual alrededor de nosotros: las mentiras acerca de la sexualidad, los engaños de la juventud y el abandono de Dios.
Debemos ponernos furiosos por las cosas que ofenden a Dios, por las cosas que ponen en peligro nuestras almas. Tal ira bien manifestada nos conduciría a resistir audaz y firmemente los males que nos rodean. Pero en lugar de ello, nos enojamos tremendamente por cosas que no son convenientes, o importantes, o adecuadas, o correctas. Algunas personas se salen de casillas por la lentitud del tráfico, pero calmadamente ven los más espeluznantes, indecentes, superficiales y ofensivos programas de televisión.” [4].
La ira puede y lo privará a usted de ser el santo que Dios quiere que usted sea. No puede progresar en santidad mientras la ira “caliente” o “fría”, o la que sea,  tenga un dominio sobre usted. Es así de simple. [5]


Por Johnette Benkovic.       www.lhla.org       www.rondachervin.com  

[1], [2], [3], [4] y [5] Son notas del traductor (ver la parte inferior de esta página)

Ronda Chervin recibió un Ph.D. en Filosofía en la Universidad Fordham y un M.A. en Estudios Religiosos del Notre Dame Apostolic Institute. Se convirtió a la fe Católica desde el ateísmo y ha sido profesora de Filosofía y Teología en la Loyola Marymount University, en el Seminario de la Arquidiócesis de Los Angeles y en la Universidad Franciscana de Steubenville. Es una conferencista internacional y autora de cerca de cincuenta libros sobre la espiritualidad, la práctica y el pensamiento Católicos. Entre ellos se encuentra el libro “Taming the Lion Within: 5 Steps from Anger to Peace”  (“Domando el león interno: 5 pasos de la ira a la paz”), un libro de estilo muy aceptado, práctico, a menudo con sentido del humor, pero también incisivo.

Ronda es viuda, madre y abuela. Actualmente está comenzando una comunidad de Viudas Dedicadas en Morganton, NC.  

Nota: Desde el 12 de Mayo del 2008, Ronda comenzó a recibir inspiraciones y enseñanzas del Espíritu Santo acerca del divorcio, la eternidad, la ley moral, la familia, la sanación interior, el efecto de las palabras en las relaciones interpersonales, la Iglesia, el mundo, la luz y la oscuridad de la vida espiritual, la importancia de la pobreza de espíritu para alcanzar la Verdad, la eliminación de barreras, la confusión que existe acerca de los medios y los fines que se usan en el mundo y cómo se han convertido muchos medios en fines, la preparación espiritual para vencer confusiones, errores, etc. 

*Dios es compasivo y da gracias especiales, por lo tanto, búsquenlas por medio de la oración.*


[1] Si usted es de los que consideran que la ira o rabia es una emoción “normal” y que cada persona tiene derecho a reaccionar o explotar espontáneamente sin entrar en mayores análisis o consideraciones, tal vez le puede resultar muy útil e ilustrativo continuar visitando este sitio web. Podría ser el comienzo de algún cambio muy favorable en usted o en otra persona.


[2] Y puede ser el reflejo de un estado deficiente de formación espiritual.

[3] Santo Tomás de Aquino enseñó que la ira controlada y proporcionada contra la injusticia no solamente no es un pecado, sino una virtud. Cruzando ese límite, se convierte en pecado.  Ver también (Job 5, 2),   (Salmo 37, 8)   (Eclesiástico 7, 9),  ( Efesios 4, 26-27).

[4] O se involucran en actividades inmorales con toda la calma, el gusto y la intención posibles, en un clima de aceptación social degradante.


[5]  Puede orar, ir a misa, etc., pero su vida espiritual permanecerá estancada silenciosamente.



Nota al lector: No te desanimes si encuentras que fallaste en superar perfectamente el reto en este día o en los próximos. Un corredor de maratón no renuncia si él/ella tropieza por el camino. Cualquier fracaso puede ser el ímpetu para ver cuánto necesitas orar pidiendo ayuda para este reto en el futuro.​
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